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El globo rojo. Paul Klee.

Beatriz Pichi Malén - Cancion Sagrada del Viento

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Pura magia, no soy creyente de ninguna religión pero creo en lo sagrado.

Niños.

Unos niños solos en una casa pequeña de un pueblo pequeño, no más grande que un guijarro en la meseta. Juntos en una cocina de techo bajo apenas iluminada por una lamparita sin pantalla que colgaba de unos cables desnudos. Un aire caldeado por una estufa a querosene y por la excitación de unos niños, solos, en una casa. Sin adultos, jugando como Alicias en el bosque, juegos con algo de prohibido, provocándose entre ellos, rozándose con sus pulóveres de invierno, dando vueltas alrededor de una mesa, entrando y saliendo de las tristes habitaciones de esa casa pobre. Pero no importaba, quizá porque ellos mismos tenían ropas pobres, comunes, descoloridas de tanto uso. Quizá porque los adultos se habían ausentado y los habían dejado solos, al margen también de retos obligados y automáticos que fingían una preocupación que habían perdido quien sabe cuándo, y que solo era el ritual obligado de una responsabilidad que ya no sentían. Esos eran los niños de esa casa, que era la única casa d

Misterio

¿Para que escribo?  No escribo para mí, ni para nadie, solo escribo. Escribo porque si, porque no, escribo para encontrar algo perdido o descubrir algo nuevo, Escribo porque lo que yo vi nadie lo vio. Esa ola del mar, ese chimango inmóvil en el aire. Escribo porque no tengo nada que hacer, porque mi trabajo es aburrido, escribo porque hay cosas que no me animo a confesar. Lo hago porque a veces llueve y me dan ganas, o sale el sol y estoy con fiaca, porque me ofendí con el mundo, porque dejé de amar y porque volví a amar. Lo hago porque me hace sentir mejor, más sensible, inteligente, (eso se me pasa cuando me leo). Lo hago para saber, para ocultar, para que ella me diga que me ama. Para tener una excusa y beber. Para que me lean. Escribo, y cuando no escribo, me siento mal. Me da culpa, me palpita el corazón, me rompe las pelotas, me aburro, me siento vulgar y me enojo con todo y no lavo los platos, ni cocino y me doy cuenta que tengo que volver a escribir para que se baje la presión